Radio Pimienta. Tan pequeñas solas, tan grandes con otras

Jose Miguel Martín (Radio Pimienta)

Parece paradójico, incluso una contradicción a todas luces, que nos hayamos forjado de silencios siendo como aún somos, un Medio de Comunicación. Aprendimos a callar primero para hablar después. A escuchar despacio como solo las de antes, nuestras abuelas sabias, nos enseñaron. Estuvimos siete años de hormiguitas, chinijas y desapercibidas, comprando cada cable necesario, cada tecla y cada equipo que nos era necesario para empezar a hablar. Creíamos, locas en silencio como éramos que, para poder hablar en libertad, era necesario no ser de nadie, no deber nuestra voz a ningún dueño interesado y por eso la autogestión nos hizo ser a fuego lento. Siete años como nuestras estrellas, verdes de esperanza, en los que fuimos forjando nuestros sueños de radio libre y comunitaria, enzarzados con los sueños de otras que también soñaban otra Canarias sin mordazas, otro País de islas tejido de voces desde abajo, desde nuestros pueblos perdidos entre volcanes de lava y mar. De islas no centrales que parecían tan lejos a pesar de nuestras cercanías, tan cerca, que la distancia no podía ser la excusa para no ser la misma voz. Siete preparándonos para un viaje que cambiaría para siempre nuestras bocas y nuestras vidas. Luego vinieron las paredes y el tejado que nos cobijó y dio un hogar a nuestras ondas justo en lo alto de una cuesta interminable rodeada por molinos de gofio. El Espacio Sociocultural La Casa nos dio cobijo y el mimo de sus habitantes para dejarnos ser y crecer, y ahí, comenzamos a hablar:

No fue casualidad que hiciéramos coincidir nuestra primera emisión con dos de los hitos más importantes de las rebeldías del siglo veinte y que más influyeron a las luchas de este Archipiélago nuestro, el de la Revolución Cubana y el alzamiento Zapatista en México. El 1 de enero de 2005, Radio Pimienta lanzó su primera voz a las ondas del norte de Tenerife y a la hermana isla de La Palma, pero hizo algo aún más difícil para un medio de comunicación menudo como el nuestro, nuestra Radio aprendió a escuchar. Pusimos nuestras orejas a pie de la calle del barrio que nos vio nacer, en las aceras de nuestro pueblo siempre cuesta arriba, en las islas cansadas del colonialismo de siglos que habitamos y, con los oídos de otras que luchan más allá de nuestras rocas y que también son nosotras, pusimos nuestras escuchas en otras tierras maltratadas, en otras gentes que sufren como las nuestras. Es así que aprendimos que la comunicación no necesita de mediadoras ni profesionales, porque todas nacimos con las bocas, y las manos y los ojos para hablar, para decir nuestra primera y nuestra última palabra. Para gritarnos riendo a carcajadas y también para encontrarnos en el susurro de un llanto compartido. Convencidas que, desde Casa, era necesario ser de todas para cambiar el mundo desde aquí. Desde el primer pasito que conseguimos dar, recibimos como de ningún otro proyecto el aliento de muchas que aún no conocíamos, pero pronto se iban a convertir en familia escogida. Crecieron los programas y los acentos diferentes. Las músicas venidas de otros mundos, pero sobre todo las nuestras que no tenían lugar en otras radios. Las palabras con acento propio y desacomplejado, empoderadas sabiéndose deudoras del hablar de nuestras calles, de nuestras madres y abuelos. Entendiendo desde el primer momento que el comunicar es un derecho, una posibilidad y una necesidad de todas las personas, partiendo de la premura de desprofesionalizar los micrófonos, porque todas tenemos muchísimo que contar y aportar.

Compartimos con muchas los saberes para realizar programas, tanto técnica como habladamente, ayudamos a parir otras radios pequeñas y necesarias, con sus propias voces diferentes a las nuestras. Andamos y seguimos caminando senderos comunes con otras que estuvieron antes como Radio Guiniguada y otras tantas que surgieron después. Andamos y seguimos caminando, por las muchas que vendrán.

Luego vinieron las redes sociales con sus peligros y oportunidades. Dudamos, seguimos dudando, pero entendimos que valía la pena la valentía de estar en ellas, creando grietas, poquitas, pero profundas en su entramado de mentiras y control social. Intentando seguir dando eco a las luchas que se prenden a nuestro alrededor y algunas otras de fuera que también nos alimentan. Y así fue que habitamos y creamos Pimienta Televisión, La Radio escrita “El Majado”, y los podcasts de nuestra web, para no solo estar en sus redes, sino tejer las nuestras propias de opiniones, denuncias y apoyos.

Y así, casi sin darnos cuenta aquí estamos, 18 años después. Mayoría de edad dirán algunas, desconocedoras de nuestra repulsa a la adultocracia. De nuestras ansias de seguir jugando, de nuestro sentirnos pequeñas solas, y tan grandes con otras, tan negadas a crecer si no es contigo.

Seguiremos mientras creamos que aportamos a cambiar, aunque sea al golpito, este país de islas rotas. Mientras sigamos aportando picante encarnado a su potaje sin sal. Mientras consigamos amargarles, aunque sea un fisquito, la fiesta a aquellos que nos roban el pan.

Nosotras las Personas: A pesar de las distancias, la misma voz compartida

Baladre empezó a ser una palabra cotidiana en las bocas de las gentes de La Casa y Radio Pimienta a la vez que íbamos finalizando las obras del estudio para poder empezar a emitir. Alguien de nosotras se había topado con la Coordinación en un encuentro de Participación en otras tierras y, producto de aquel encuentro, otras de nosotras les acogimos en La Orotava en lo que iba a ser el comienzo de una larga y estrecha relación que llega hasta nuestros días. La habitual invitación a participar en uno de sus Encuentros anuales llegó pronto, producto del enamoramiento mutuo, propio de aquellas que se vienen buscando aún sin saberlo.

Tan sólo un año había corrido, casi sin ser visto, desde aquella primera emisión del año 2005 en el que comenzamos a andar y pusimos rumbo a Galiza, para conocer de primera mano en la ciudad de Vigo, aquella manera tan excepcional de organizarse y entenderse de una coordinación de personas y grupos a los que unía de manera especial el acompañamiento colectivo y el apoyo mutuo en primera persona, alejado de la teoría para hacerlo real.

A Baladre hay que acercarse sin miedo y olerlo de cerca para poder entenderlo. Difícil es asimilar sin ser visto y sentido, cómo tantas gentes de grupos pequeños y alejados geográficamente, de diferentes países, tierras, naciones y continentes, son capaces de entenderse hablando lenguas políticas y a veces ideológicas dispares, con unos mínimos comunes básicos y necesarios. No decimos que sea un espacio ni mucho menos perfecto o falto de problemáticas y desacuerdos, decimos que es un espacio real y posibilitado a través de la confianza y el cariño de gentes que se sienten parte de un todo heterogéneo, que hace de la diferencia una herramienta para sobrevivir en las luchas de las otras y en no saberse solas a pesar de las distancias geográficas o vitales. Baladre es una familia que responde cuando toca, y que abre sus puertas con la facilidad de quien se sabe sin poder codiciable por aquellas que lo buscan, y que rápidamente caen en la cuenta que no tiene espacio en ella. Sólo bastó este primer encuentro para ser parte suya y empezar a caminar el sendero que hoy nos trajo hasta aquí casi veinte años después.

Seguidamente del Encuentro de Vigo, a la vuelta de un largo viaje en el que conocimos muchas de las iniciativas baladrinas que se desarrollaban en muy diferentes y alejados lugares, comenzamos a gestar la idea de un programa de radio que recogiera de alguna manera las experiencias y la cotidianidad de los espacios de resistencia y vida que se relacionaban a través de la Coordinación, a la vez que ayudar a conocer y difundir las iniciativas de otros grupos, organizaciones y personas del entorno de estas experiencias. El 5 de junio de 2006 se emitió el primer programa bajo el título de Nosotras las Personas, con un formato diferente al actual, pero que sentó las bases del que a día de hoy es el programa más longevo de Radio Pimienta, que lleva emitiéndose de manera semanal desde entonces hasta la actualidad.

No es habitual, ni siquiera en las grandes radios dotadas de altos presupuestos, que se mantenga durante dos décadas de constancia y dedicación un programa semanal. Quien ha hecho radio sabe de la dificultad en la búsqueda de cada entrevista y contenido mimado y elaborado. La elección de cada corte musical, los separadores, la meticulosa edición…Un sinfín de pequeñas cosas a tener en cuenta cada fin de semana, para que el martes esté dispuesto un material que no solo va destinado a las ondas y las redes de Radio Pimienta, sino que se comparte y emite por otras muchas radios libres y comunitarias a nivel internacional. Algo nos dice que aún no somos conscientes de la locura de que una pequeña lucha o experiencia social o personal que acontece en nuestro pequeño barrio o pueblo, pueda ser escuchado por otras de otros barrios y pueblos pequeños al otro lado del mundo, sin injerencias ni intereses de mercado o poderes. Compartido y susurrado al oído, de noche o de día, solas o acompañadas. Aprendiendo de las maneras y formas de las otras, que se enfrentan a problemas comunes más parecidos a los nuestros de lo que pueda parecer, a pesar de los kilómetros, las condiciones y las culturas que nos separan. Una herramienta que nos ha permitido entablar relación y escucha con infinidad de personas que también luchan a diario por hacer de este mundo un rincón mejor.

Pero no solo eso. Otro de los tesoros que hemos descubierto enterrado bajo el programa, es la importancia de hacer coincidir a compañeras distantes geográficamente en un proyecto común tan delicado de hilvanar como un producto radiofónico que se compone de información y reflexión a partes iguales. El Nosotras las Personas congrega cada semana el comentario de Jesús desde Fuerteventura, en Canarias, que actualmente se turna con relatos de feminismo anticarcelario, la entrevista central que ahonda desde la experiencia vital de la entrevistada en luchas y reflexiones concretas de la voz de Manolo, junto al espacio de “Territorios en Lucha” en el que Noe va dando continuidad a la actualidad de los proyectos e iniciativas de los grupos que componen la Coordinación Baladre o están cercanos a ella, y la sección de Nosotras Feminismos, en el que Ruth, Rosa, Lucía y Aida nos acercan a las vidas de mujeres de la historia y a diferentes acontecimientos relacionados con las luchas feministas. Todo ello en coordinación con M. en labores de mantenimiento de servidores y web, y Josemi en edición, montaje y difusión del programa. La excusa perfecta para ser en colectivo. Para seguir creando a través del roce necesario para hacerlo posible.

Hemos aprendido que sin relación no hay revolución, y el Nosotras las Personas es relación obligada entre nosotras, y por supuesto con otras.

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