La Rbis tiene nombre de mujer. Madres, tías y hermanas de la renta básica de las iguales

Sua Ta Loba 1

Fue escuchando a varias compañeras de Baladre ubicar el comienzo de nuestra lucha por la “Renta Básica de las Iguales y mucho más” en el año 1994, cuando comencé a plantearme sacar del baúl de la memoria colectiva algunos datos y pistas que nos coloquen en la historia.

Si este artículo fuera una imagen sería la del monumento a las Mujeres del 3 de Marzo de 1976 de Vitoria-Gasteiz. Un monumento del memorial del 3 de marzo que muestra diez bolsas en el suelo vacías de alimentos, que fueron utilizadas para las protestas antes, durante y después de los asesinatos. Se erige delante del Mercado público del barrio de Zaramaga, en los bajos de una de esas torres de ladrillo caravista que dan forma a este barrio, sobre una acera ancha a modo de mini placita pegada al lateral de la rotonda de la calle Reyes de Navarra.

Esa ubicación y esas mujeres son el origen de las madres, tías y hermanas de la RBis.

Gasteiz, la bonita ciudad verde, tiene una historia que merece la pena contar en algunas pinceladas. En los años cincuenta la Vitoria-Gasteiz que vivió y sufrió el golpe militar de 1936 mantuvo Los Fueros por alinearse con los golpistas iniciando un nuevo camino. Son los años cincuenta del siglo pasado en los que la Caja de Ahorros Municipal y sus Constructoras, ambas públicas, impulsan la trasformación de la pequeñita ciudad de cerca de cincuenta mil habitantes. Por aquel entonces era conocida como la ciudad de las monjas y los militares, lo que viene a ser una ciudad muy conservadora.

De repente esa Caja de Ahorros Municipal y las instituciones municipales y provinciales deciden, con el apoyo del régimen y el obispado, cambiar la historia de la ciudad. Comienzan por ampliar los límites por el norte de la ciudad, reconvirtiendo los terrenos pegados al Cementerio de Santa Isabel que eran un Basurero o la creación de ZARAMAGA en un barrio obrero. Fue en esos años cincuenta e inicios de los sesenta donde nace el barrio que aloja a trabajadoras de Forjas Alavesas, Michelin y otras muchas fábricas de esos nuevos polígonos industriales. Lo mismo comenzaba a suceder en el sur, este y oeste de la almendra central ampliada de la ciudad, dejando aún fuera lo que en el futuro será Lakua. Eso sí, se retiran los poblados de chabolas para llevar sus habitantes más al norte y fuera de la ciudad, recayendo más allá del rio Zadorra, en Abetxuko. Las primeras casas de la Caja Municipal de Vitoria en Abetxuko se inauguran en 1958 y en los años siguientes se forma un sitio distinto con mucha personalidad y muchos vínculos entre las habitantes. Una comunidad obrera fundamentalmente de personas venidas de otros lugares de la Península Ibérica.

Para la historia de la RBis es fundamental recuperar aquellos orígenes de los barrios de Zaramaga y el alejado pueblo/barrio de Abetxuko. Dos territorios obreros y poblados en los años sesenta de familias jóvenes, que venían buscando salarios e ingresos que les negaban en sus pueblos de Castilla, Galiza, Extremadura o Andalucía. Aquellas primeras fábricas de los años cincuenta fueron llamando a más y más gente, apoyadas por una Diputación Foral que concedía muchas ayudas a todas ellas al igual que el régimen.

Esas trabajadoras jóvenes, mayoritariamente, no tenían los miedos de sus padres y madres. Además en los años sesenta se da una incorporación de muchas mujeres a fábricas, casi feminicidas, destinadas a la creación de persianas y cortinas, pilas y derivados, esmaltes… Las mujeres no eran ya sólo explotadas en las casas de la gente con recursos dentro de Gasteiz, sino que también comenzaban a serlo en las nuevas empresas que ampliaban los polígonos de la ciudad.

Estas eran parte de las llamadas circunstancias previas al 3 de marzo. Una clase trabajadora con muchas mujeres participando en los espacios de explotación y una juventud de ese proletariado también destinado a la fábrica. Unido a una ciudad en expansión, con barrios que mantenían redes sociales muy fuertes y de comunidades muy vivas. Las respuestas a la explotación y opresión de la dictadura en Gasteiz de finales de los sesenta fueron diferentes. Allí no sucedía como en el resto de Euskal Herria donde estaban las antiguas y nuevas organizaciones políticas y sindicales, ya sea con el eje de clase, el eje nacional o ambas en la misma organización. A su vez y a fuego lento, en Gasteiz se fue dando forma al “Movimiento Asambleario” con claves de horizontalidad y trabajo en comisiones de desarrollo de tareas, sin ejecutivas ni direcciones y al margen de estructuras jerárquicas. Parte de esas iniciativas asamblearias, ya entrada la década de los setenta y luego del vuelo del militar, se encontraban y conocían con otros grupos similares de Madrid. Aquellas mujeres y hombres de Gasteiz entablaron amistad con gentes “baladrinas” como Ramón Fernández Durán. Nacen así, de manera clandestina, encuentros de gentes autónomas y asamblearias de la Península Ibérica.

Por ir terminando estas previas nada casuales, comentar que tanto el Berlín de esas décadas como la Gasteiz de los setenta, eran islas con relación a todo lo que les rodeaba. Berlín era el lugar de desertores a los ejércitos y de mujeres implicadas en comunas feministas. Todas ponían en marcha muchas experiencias de ocupación de edificios enteros que se gestionaban de manera comunitaria y asamblearia, destacando en estas prácticas el distrito de Friedrichshain-Kreuzsberg.

Gasteiz era la ciudad que crecía hasta multiplicar casi por cuatro su población llegando a 190.000 habitantes a finales de los setenta. La mayoría de las nuevas vecinas gasteiztarras eran jóvenes salidas de centros de formación profesional, otras venidas de otros lugares de Euskal Herria y entre ellas muchísimas mujeres que formaban parte de sectores productivos que estaban fuertemente feminizados. Aquella Gasteiz tenía comunidades muy vivas en barrios y parroquias, donde se generaban muchas actividades prohibidas por el régimen al calor de curas y monjas obreras.

Se diría que, tanto en ese distrito de Berlín como en muchos barrios de Gasteiz, se daban experiencias comunitarias diferentes y las mujeres tenían un papel muy importante en la vida y en las luchas. Manejaban en ambos lugares la importancia de la horizontalidad, de poner la vida en el centro y desarrollar proyectos de apoyo mutuo basados en afectos y cuidados.

1976, el año del DESBORDE

Ese año comenzaba con huelgas en distintas fábricas de la ciudad, destacando la lucha contra los topes salariales en Forjas Alavesas. Se iban sucediendo luchas en diferentes fábricas durante el mes de febrero para llegar al 3 de marzo y convocarse una Huelga General que tuvo una respuesta masiva paralizando fábricas, mercados, institutos… Para entonces se daban Asambleas de todo tipo y abarcando todos los ámbitos de la vida.

De especial importancia fueron las manifestaciones y concentraciones de las MUJERES CON LAS BOLSAS VACIAS. Entre esas mujeres estaban algunas que luego impulsaron la Asamblea de Mujeres de Araba y otros colectivos de la ciudad.

Los asesinatos del 3 de Marzo son bien conocidos. Hasta recientemente se pueden ver en la película: Vitoria 3 de marzo. Además, existen muchos documentales sobre lo sucedido esos días antes, durante y después. Esas vivencias quedaron marcadas en muchísimas vecinas de la ciudad y en particular en las mujeres que de manera masiva se vincularon a todas las luchas y a las de la fatal masacre policial. Aquello pasó por muchos cuerpos y les marcaría de por vida. El régimen tuvo que recular y los ministros de Arias Navarro dimitir, desde Fraga a Martín Villa, para dar paso a falangistas y miembros del Opus menos quemados y con otras formas aparentes.

El dolor y rabia por lo sucedido se canalizó en muchas organizaciones vecinales y sociales de la ciudad. Aquellas horas de barricada trajeron proyectos de compra conjunta de terrenos con huerta, cerca de Gasteiz, amplió el número de activistas que se plantearon el vivir juntas, tener economías compartidas, etc.

Hasta 1981 se fueron dando muchos proyectos comunitarios entre aquellas activistas del 3 de marzo y las del Movimiento Asambleario seguían con sus reuniones y reflexiones, con mucha comunicación con otros lugares, entre ellos Berlín. De esos intercambios y reflexiones surgía la necesidad de superar el empleo y centrar la vida en la libre cooperación de las personas accediendo libremente a los recursos. Manejaban textos sobre el reparto de los recursos existentes; sobre los límites de las ciudades y del crecimiento económico; el cómo reconectar con la naturaleza y sobre todo frenar en seco las guerras y las fábricas que las hacen posibles, con las armas que salen de ellas.

Todas estas reflexiones de las asamblearias y autónomas se daban en un contexto de imposición de la Constitución de 1978, que se votó en contra mayoritariamente en todo Euskal Herria y en Gasteiz también. El año 1981 llega con el 23 de febrero y la amenaza de vuelta a la dictadura pura y dura. El Batallón Vasco Español campa a sus anchas asesinando a activistas y las torturas se incrementan de manera generalizada en las detenciones. En ese clima, en 1982, gana las elecciones el PSOE prometiendo aquello de no entrar en la OTAN y meternos sí o sí en la CEE.

Para entonces los sectores Asamblearios y Autónomos tenían claro el boicot a las urnas del franquismo. Apostando por la autoorganización y construcción colectiva de la vida.

Aquellos primeros años ochenta se generó mucho desempleo en Gasteiz y entre las desempleadas estaban algunas de aquellas mujeres que participaron en las manifestaciones de las bolsas vacías y que luego se sumaron al movimiento asambleario y feminista. Ellas llevaron sus reflexiones de autoorganización a la nueva situación de desempleadas y comenzaron a poner carteles en barrios y centro de Gasteiz, convocando a la organización autogestionada de la gente desempleada. Es así como en 1982 nace la ASAMBLEA DE PARADAS DE GASTEIZ.

Era curioso llegar semanalmente al salón de actos de lo que era la oficina de desempleadas que se encontraba en el sótano, junto al resto de departamentos vinculados al empleo y desempleo que se dispersaban en diferentes plantas. La calle Samaniego, donde hace esquina el edificio en cuestión justo en el número 2, todos los martes tenía las aceras llenas de gente que, llegada la hora, entraban al salón de la Asamblea. Allí siempre encontrábamos a estas mujeres sabias y curtidas que nos orientaban y generaban dudas de todo tipo. Tenían una manera diferente de entender y desarrollar las asambleas, con mayor calidez, buscando el máximo de participación y con muchísimo cuidado de respetar las diferencias. No se cansaban de argumentar: “El Paro es un fracaso Social, No personal”. Planteando que “la vida se sostiene por las mujeres desde trabajo, que no empleos”.

Insistían que sin afectos, cuidados, comida e higiene no existiría la vida y hablaban de destruir todos los empleos socialmente inútiles, desde fábricas de armas a las de coches. Aquellas asambleas semanales eran una escuela popular, en muchas ocasiones traían libros cortos y artículos para que los leyésemos y discutirlos. Siempre recalcaban que el problema es LA RIQUEZA, siendo la pobreza su consecuencia. Planteaban la importancia de la Asamblea y la Horizontalidad. Ponían el acento en el compartir y mantener vidas comunitarias y eso nos fue llevando a algunas a vivir con otras, a dar pasos hacia economías compartidas al salir de la cárcel mental del desempleo y entrar en la salida de la redistribución, de cuestionar el enriquecimiento. Siempre vinculando propuestas de reparto con cierre de fábricas innecesarias, comenzando por las de armas y siguiendo por muchísimas más.

La cabeza se nos calentaba por momentos, pues planteaban acciones directas ante las Instituciones, aunque no violentas. Salíamos de aquel salón de actos de la calle Samaniego cada martes hacia diferentes instituciones o empresas, popularizando lemas del tipo QUIEN NO TIENE NO PAGA. O el siempre presente: VIVIR DIGNAMENTE ES UN DERECHO DE TODAS.

Con cada acción semanal se fueron consiguiendo cositas parciales. Y cada martes nos tocaba recibir, casi siempre, las agresiones de algún cuerpo policial. Eso sí, procuraban que entrásemos y saliésemos todas de cada acción, buscando la masividad.

Los años 1982 y 1983 fueron los de estar en la calle y los de Acciones Directas de todo tipo.

Nace BALADRE

En 1982, con la aparición de distintas Asambleas de Paradas en varios territorios, se planteó montar una coordinadora de todas ellas. Era la típica coordinadora influida y movida por las gentes de militancias partidarias, lo que provocó que terminando 1982, algunos grupos y gentes decidimos vernos y comunicarnos al margen de ella. Se forma así la Coordinación de luchas contra el Paro, la Pobreza y la Exclusión Social. Fue un proceso lento y tranquilo, generando confianza y complicidades. Fuera de lógicas de partidos y sindicatos. Respetando las diversidades y entendiendo que nadie tenía que forzar o determinar a nadie lo que debía hacer en su grupos colectivos o asambleas.

El mes de noviembre de 1983 sucedió algo que aceleró el proceso y marcó un antes y un después. Entre todos los grupos imperaba la lógica de actuar de manera descentralizada, coincidiendo en días y en ocasiones temas/reivindicaciones. Estábamos planteando romper con el hábito de las oficinas del desempleo (INEM) colocando empleos cubiertos en sus paneles de ofertas laborales.

Fue en una de esas acciones, en Gasteiz, donde se lio la madeja hasta el punto de terminar reteniendo al director del INEM de la provincia y encerrarse en las instalaciones de la calle Samaniego. En poco tiempo apareció la policía y comenzó a disparar pelotas rompiendo los cristales de la puerta y amenazando con tomar el edificio. Así que hubo que negociar poniendo al director al otro lado de la puerta y, con algunas periodistas de testigos, se comprometieron a dejarnos salir para nuestras casas. Todas sabíamos que al llegar a casa nos llevarían detenidas luego, así que decidimos encerrarnos en la Iglesia de San Vicente.

Ese Encierro será el momento del desborde de la Asamblea de Paradas de Gasteiz y la consolidación de lo que luego se llamaría Baladre, a partir de 1992.

Al encierro acudían en manifestación todas las luchas de aquellos momentos de la ciudad. De prisa comenzamos a definir las reivindicaciones y a quiénes las dirigimos. Desde el euskera gratis al acceso a instalaciones deportivas pasando por un ingreso económico mínimo. Desde un convenio con Restaurantes y Comedores de la ciudad para asegurar la alimentación de las personas sin ingresos suficientes al transporte gratuito para todas las rentas por debajo del salario mínimo, dando prioridad en Escuelas Infantiles a las criaturas de las familias sin recursos suficientes de manera gratuita. Reconociendo la interlocución de los colectivos sociales ante las Instituciones municipales y del INEM, apoyando a la Economía Social, exigiendo el acceso gratuito a servicios básicos como la luz y el agua o el acceso a viviendas sociales en alquiler.

En realidad, lo que se hizo fue sacar las propuestas de la Asamblea de Paradas que ya se venían planteando a lo largo de todo el año 1982 y 1983. Igualmente se trabajaba en las contrataciones de las instituciones públicas para que fuesen para todos los colectivos con diferentes situaciones de carencia de recursos. Desde personas con dependencias a las familias con criaturas o las que estaban solas como unidad económica. Era un planteamiento de incorporar a todas sin olvidarse de ningún colectivo y redistribuir el empleo público existente entre todas ellas. Por supuesto también se planteó el ingreso social universal, empezando por los ingresos indefinidos para todas las personas carentes de recursos por debajo del umbral de la pobreza.

Aquello era la carta de máximos de la Asamblea de Paradas en un momento en que el Encierro fue generando condiciones para pedir el cielo, lo deseable, haciendo hincapié en lo inmediato y urgente.

En los locales de San Vicente se ocupaban diferentes salas, pero la de mayor interés era la del salón de actos. Allí se discutían las propuestas que las mujeres de aquel 3 de marzo nos fueron planteando a lo largo de los meses. Se discutían textos y fomentaban lecturas como la de “Del Paro al Ocio”, los textos de Andre Gorz, de Ramón F. Duran sobre los límites de la ciudad y el transporte y, sobre todo, los de las feministas berlinesas entre otras.

Se diría que fue muy natural y lógico llegar a que nuestra lucha se tenía que centrar en combatir la RIQUEZA.

Los siguientes pasos fueron la consecuencia de cómo entrar en redistribuir esa riqueza y, entre muchas ideas, se optó por plantear dos vías: la de acceso gratuito o libre disposición de los Servicios Básicos y enseres por una parte y la de distribución de la Renta por otra. Así llegó el parto de la propuesta de Ingreso Social Universal que luego llamaríamos Renta Básica Universal y con el tiempo Renta Básica de las Iguales. En aquel salón de actos muchas escuchábamos por primera vez la centralidad de los cuidados, de los afectos, del trabajo cooperativo basado en el libre hacer. No parábamos de asombrarnos de lo que nos contaban de experiencias de aquellas mujeres de Berlín que cubrían sus necesidades de manera comunitaria, a través de sus relaciones y poniendo en marcha multitud de iniciativas con trabajos que no eran remunerados, haciéndolos desde el ser y estar en la comunidad de vecinas y amigas.

Allí es donde estas mujeres de los bolsos vacíos del 3 de marzo nos abrían las cabezas hacia el camino de las dos patas de la RBis: la distribución de recursos y la disponibilidad de bienes y servicios, siempre en lógicas comunitarias.

Fueron tres meses de debates y un encierro que marcó nuestras vidas, que ayudó a asentar esas reflexiones en nuestras cabecitas revueltas y en los que las fuimos pasando por nuestros cuerpos.

Cuando salimos del Encierro de San Vicente, fuimos conscientes de que teníamos una gran suerte de compartir caminito de vida/lucha con unas mujeres tan excepcionales.

En febrero de 1984, ya fuera del Encierro y tras evitar detenciones y represiones diversas, habíamos colocado algunas de nuestras reivindicaciones como derechos en la ciudad de Gasteiz. Éramos conscientes de la importancia de poner más energía en la lucha por el Ingreso Social Universal, que era una reivindicación que compartimos con el resto de compañeras de Baladre que nos visitaron durante esos tres meses en Gasteiz, con el fin de mostrar solidaridad e igualmente avanzar en nuestras relaciones como Coordinación.

LANGABETUEN TOKIA: un lugar diferente

En 1984 las mismas mujeres de los bolsos vacíos y de tantas luchas posteriores planteaban la importancia de tener un local, un lugar donde generar iniciativas para potenciar las relaciones en el barrio donde ellas habían quedado marcadas por lo sucedido en el 76. Así que contactaron con otras amigas suyas de aquellas luchas, que se reunían en un grupo de Comunidades de Base. Otras mujeres muy especiales que abrieron las puertas de unos amplísimos locales que usaban en la Calle Reyes de Navarra del mismito barrio de Zaramaga. Esos locales habían sido una iglesia de barrio y desde el primer día nos dieron varias salas para reunirnos e impulsar proyectos, además de acceso a espacios amplios comunes. De esta manera fue como esos locales nos sirvieron de almacén de todos los enseres y alimentos para desarrollar la primera Marcha Nacional de Euskal Herria contra el Paro, en la que participaron algunas baladrinas de otros territorios pero que sobre todo estaba sostenida por colectivos y grupos de Donosti, Iruña, Portugalete y Gasteiz. Fueron diez días por las carreteras del país con recibimientos en pueblos y ciudades colocando nuestras reivindicaciones comunes.

En esa Marcha destacaba Gurutze de Iruña y Estitxu de Hernani, que junto a las compañeras de Gasteiz tomaban el micrófono en cada asamblea interna y los finales de etapa. Fue una actividad que nos ayudó a consolidar la idea de la lucha a largo plazo, de largo camino y que asentó el deseo de fortalecer la Coordinación entre personas y grupos de Euskal Herria y del resto del Estado.

Ya en el verano de 1984 comenzaron las obras para abrir un lugar de Encuentro en el barrio de Zaramaga, con entrada por la calle Puerto Barzar. Nacía así en enero de 1985 Langabetuan Tokia Gem . Para entonces la Asamblea de Paradas de Gasteiz tenía nuevas incorporaciones de mujeres que se habían pasado por el encierro y se sentían muy a gusto en un espacio de seguridad. Ellas llevaron la relación con Eroski en el suministro de alimentos que nos pasaban desde 1984, tanto en retirarlos como distribuirlos. Igualmente aportaban su mirada feminista a la importancia de todo lo relativo a los cuidados y sobre todo a cuidarse entre todas.

En el verano de 1985 en la Asamblea se incorporaban Rocío, Maika y Arantxa, venidas de prácticas de desmercantilización y desprofesionalización de la Acción Social. Por aquel entonces eran alumnas de la Facultad de Trabajo Social que desempeñaban su labor en Abetxuko. Su llegada nos abrió el camino para nuevas incorporaciones de vecinas de ese pueblo/barrio que está mas allá del río Zadorra. La primera fue Isabel S. Bartolomé, una mujer con enormes capacidades relacionales que posibilitó la llegada en años sucesivos de Garbiñe y otras jóvenes de Abetxuko, todas mujeres enfrentadas al patriarcado y lo que hoy llamaríamos precarizadas. A su vez su hermana Amparo intentó más adelante llevar a cabo la Iniciativa de Trueque barrial finalizando los años ochenta. Los tres últimos años de los ochenta se sumaron a la Asamblea Pili y Marga.

Para esos momentos la Asamblea estaba muy conectada con los Encuentros de los grupos Asamblearios de Euskal Herria a los que solían asistir las compañeras Marga, Pili y Garbiñe. Era un espacio que daba continuidad a las relaciones de la Asamblea con las mujeres que la habían creado.

La Asamblea de Paradas y Baladre

No hemos de olvidarnos de como desde el Encierro de San Vicente, las baladrinas de otros lugares de fuera de Euskal Herria se fueron incorporando a la Coordinación y haciéndola suya, a la vez que impulsando esta mirada feminista y anti patriarcal que está en los orígenes de ambos espacios. Es lo que hoy llamamos Coordinación Baladre y hasta 1992 nombrábamos como Coordinación de Asambleas de Desempleadas (1982-1986) para luego denominar Coordinación de personas y grupos contra el Paro, La Pobreza y La Exclusión Social (1986-1993).

Las primeras a destacar son las mujeres de Gamonal, que asumen ser la secretaría de la Coordinación en 1986 hasta mediados de la década de los años noventa. Importante el trabajito de Zapi y el de Cristina, que se sumó pronto a la Coordinación incorporando miradas feministas y comunitarias.

Con el Ingreso Social Universal presente desde el Encierro, a pesar de no todas tenerlo claro, pero con la cultura política imperante desde los orígenes de dejar hacer, se propone a raíz de la huelga de hambre del 87 contra los despidos de la Mercedes acudir a un Encuentro internacional en Dusseldorf de grupos de lucha contra el empobrecimiento y la Exclusión Social en el verano de 1988. Llevábamos los contactos de las amigas Asamblearias tanto de grupos de Hamburgo como de Wilcart, junto a los de los colectivos Feministas de Berlín que tanto habíamos leído. En Dusseldorf se dio un paso más en la Coordinación al conectar con la gente de ALSO de Oldemburgo y otros grupos que nos plantearon crear entre todas un espacio de relación internacional en lógicas anti patriarcales, anticapitalistas y anticoloniales. La creación de espacios de relación y apoyo mutuo. Es así como nace la BAG internacional, un Movimiento contra el Paro y la Pobreza en Alemania que se abre a otras internacionalmente, donde la Coordinación Baladre fue uno de los pilares.

Pero regresemos a Dusseldorf y a aquel Encuentro internacional. Allí fue la primera vez que nos tradujeron lo que nosotras conocíamos y proponíamos como INGRESOS SOCIAL UNIVERSAL mencionándolo como RENTA BASICA UNIVERSAL. Fue algo sorprendente para nosotras encontrar a otras que utilizaban el mismo nombre en países como Austria, Dinamarca y Holanda. Pedimos que nos explicaran de dónde venían sus reflexiones y documentos desde la cercanía de encontrarlas tan cercanas a pesar de las distancias.

Al regreso de aquel Encuentro de Dusseldorf compartimos lo vivido y las coincidencias con aquellos grupos de Alemania. Se decidió ser parte de la BAG poniendo el énfasis en la reivindicación del Ingresos Social Universal o Renta Básica.

En los años del 1988 a 1992 en Abetxuko, dentro de las fiestas alternativas de Mikelin, planteamos la lucha por el Ingreso Social Universal o Renta Básica en lógicas de Y MUCHÍSIMO MAS. Hasta sacamos diferentes textos sobre la propuesta en la revista Langabezia de la Asamblea y en Abetxuko Herria. Para entonces muchas personas de la Asamblea llevaban más de diez años compartiendo vidas comunitarias y economía común. Esta práctica se extendió aún más entre nuevas personas de la Asamblea pasando a ser una importante seña de identidad de nuestras vidas, lo comunitario y lo común desde lo cotidiano. Vivir juntas, comer juntas, compartir recursos entre todas y sobre todo cuidarnos. Para entonces ya estaba la nueva junta directiva de la Asociación de Vecinas de Abetxuko, y muchas de la Asamblea vivían en el pueblo/barrio. Se fortaleció la relación con las mujeres del barrio, como Paquita y sus amigas, que más tarde montaron una Coral de Mujeres. A la Asamblea y a la Asociación vecinal se sumaron Isa y Carmen, dos gemelas abetxukotarras de origen.

Tanto las mujeres de Abetxuko como las de la Asamblea de Paradas de Gasteiz tenían papeles centrales en las prácticas de ambos espacios colectivos y fueron años de aportar muchísimos recursos de todo tipo al conjunto de la Coordinación Baladre. Entre todas esas aportaciones estaba la lucha que hoy conocemos como RENTA BASICA DE LAS IGUALES y mucho más.

Baladre, una flor que envenena

Fue en el Saler en 1992, en el País Valencià, donde se decide bautizar a la Coordinación con el nombre de Baladre, palabra que coincide en catalán y en euskara para denominar a la Adelfa, planta que nace en los caminos y basurales, muy bella, pero que es venenosa cuando se intenta arrancar. Nomenclatura que, cargada de poesía y reivindicación, definía a la perfección a las gentes y grupos que la habitan.

Allí se diseñó otra etapa de Baladre, la de actuar con otras abriéndonos a las amigas que habíamos ido conociendo desde 1982. Así fue como a principios de los noventa nos enredamos con Aedenat, con la Parroquia de Entrevías y sobre todo con las Madres contra la Droga que luego llevarían la secretaria de Baladre a su piso de Vallekas hasta inicios de este siglo. Conocer a Sara, Carmen y el resto de madres, fue algo que nos enriqueció muchísimo al conjunto de Baladre. Como olvidar a Sara Nieto, con el micrófono en mano y subida al camión, tras la llegada de la Marcha de Baladre de 1993 con Ramón Fdez. Durán a su lado.

Luego vinieron los textos sobre Rentas Básicas desde una traducción de uno alemán, por las amigas de la revista Etcétera, hasta llegar a la reflexión más articulada y profunda de José Iglesias en 1994, para acabar en la confluencia baladrina de José y otras con las que veníamos caminando de aquellos orígenes del 3 de marzo de la Gasteiz luchadora.

Por todo ello hemos de valorar y reconocer a aquellas mujeres, sus reflexiones, intuiciones y vidas. Ellas nos enseñaron los mimbres para poder llegar al Ingreso Social Universal y con el tiempo nos llevaron a la RBis. Pero sobre todo nos potenciaron la mirada antipatriarcal, anticolonial y anticapitalista, partiendo de apostar por las relaciones horizontales y LA COMUNIDAD, lo comunitario y lo común.

Gracias a ellas, a las mujeres de los bolsos vacíos y a las muchas que vinieron detrás, en Baladre apostamos por la Renta Básica de las iguales ¡y muchísimo más!


Notas

  • Sua ta Loba: Fuego de Loba. Juego de palabras en euskera y castellano que hace referencia al fuego para quemar todo lo pasado e innecesario y que nos oprime y a loba para tener la fortaleza de atacar la injusticia y parir la vida.

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