Enrique García Escamilla, Virginia Baranda Panadero y Rosa Zafra Lizcano
A uno y otro lado del puente del Barrio de San Antón de Cuenca
La búsqueda de sitios de pernocta para que la marcha de 1993 pudiera cruzar la provincia de Cuenca facilitó que las gentes de Baladre conocieran a un pequeño grupo de profesionales y docentes del Trabajo Social que, en aquellos entonces, participaban en la desmilitarización de los servicios de emergencias. Después de la Marcha, la colaboración con aquel grupo de profesores comprometidos con la crítica de las funciones y de los roles atribuidos a los profesionales y el sentido de la orientación dada a la intervención social facilitó que las puertas de las aulas de la entonces escuela universitaria de Trabajo Social se abrieran a celebración de seminarios en los que gentes de Baladre podían debatir con profesores, profesionales y estudiantes sobre la desprofesionalización de la intervención social, la sirla al estado y la Renta Básica.
Fruto de estos encuentros y animadas por esas docentes, un grupo de estudiantes descontentas con el sentido asistencial que estaba tomando la intervención social se organizan al calor de las dinámicas organizativas de Zambra: iniciativas para la acción social y empiezan a participar en Baladre. Entre los grandes hitos de la participación de este grupo en la Coordinación destacan la organización del primer encuentro de Baladre en Cuenca y la celebración en Mota del Cuervo de las primeras jornadas por la lucha a la Renta Básica que se ha celebrado en estas tierras. No obstante, las diferencias y tensiones vitales que produce la necesidad de abordar como buscarse la vida al terminar los estudios disolvieron este grupo.
Sin embargo, en 2006, en base a aquella experiencia y con el apoyo de nuevo de docentes de la Escuela Universitaria de Trabajo de Trabajo Social, un grupo de estudiantes vuelve a organizarse al abrigo de las estructuras organizativas de Zambra para poder cursar las prácticas de la carrera apoyando las dinámicas de organización autónoma de las vecinas del barrio de San Antón y participar en Baladre. Frente a la precariedad, la desinversión y el abandono institucional esta experiencia de recuperación de la A.VV como un espacio de movilización dejó para el recuerdo una potente manifestación que desafió los discursos con los que el poder responsabiliza y culpabiliza a las víctimas de las injusticias sociales y de la desigualdad de las problemáticas sociales que sufre. Y el diseño de un programa de participación social para la rehabilitación integral del barrio que sirvió de herramienta para confrontar con el ayuntamiento durante la ejecución de un programa social europeo con los que el poder penetra en los espacios más perjudicados por el incremento de las desigualdades sociales para contener la conflictividad social y promover en ellos, o gracias a ellos, el desarrollo capitalista1.
Las diferencias en el interior de la A.VV en torno a la dirección que debería tomar el conflicto con el ayuntamiento y las líneas de trabajo de la acción social que la A.VV. debería protagonizar empujan al nuevo grupo local de Zambra que surge de la movilización barrial con la incorporación de nuevas activistas y otra generación de estudiantes en prácticas a plantearse emprender un camino en el cual, sin dejar a un lado la participación y la relación con la A.VV., explorar el desarrollo de una acción social propia y autónoma. De aquellas pusimos dinero entre todas y alquilamos colectivamente una casa en el barrio de San Antón. Abrimos el punto de información y denuncia en materia de derechos sociales y en base al trabajo fundamentalmente con mujeres víctimas de la violencia machista e institucional, pudo cristalizar una experiencia de organización colectiva de estas mujeres que se enfrentaron a los servicios sociales para recuperar la tutela y la custodia de sus hijos e hijas injustamente arrebatada por ser pobres, por profesionales con muy pocos escrúpulos a cuenta de las denuncias del propio entorno de los hombres que las habían maltratado. La casa también fue el espacio que dio cobertura a las dinámicas de encuentro y organización entre personas con empleos precarios y conflictos laborales e históricas militantes locales de la CGT que culminan con la construcción de un nuevo Sindicato Provincial de Oficios Varios.
La Casa y la participación en Baladre abren toda una larga etapa en la cual, en base a la organización de encuentros de la coordinación y las referencias como horizonte de otras experiencia de grupos de Baladre (Asdecoba, la Koordinadora de Kolectivos del Parke Alcosa, la Asamblea Canaria por el Reparto de la Riqueza, Alambique y Zambra-Málaga, etc.) participamos en los procesos de organización colectiva y desarrollo comunitario en el barrio de San Antón, trabajamos en la reivindicación y movilización anticapitalista por el derecho a la Renta Básica de las Iguales en las tierras de Castilla La Mancha y nos implicamos en toda clase de luchas sociales y ambientales locales. Siempre tratando de potenciar la organización autónoma y trasladar al terreno de lo local las tradicionales alianzas estratégicas de Baladre en lo global con Ecologistas en Acción y CGT.
Las campañas contra la desposesión y expolio que supuso la gestión regresiva de los efectos de la primera gran crisis del capitalismo global como los puntos negros contra la crisis dio paso a la cobertura de la celebración, en el contexto de las movilizaciones populares en contra de la construcción del cementerio nuclear en Villar de Cañas de la última edición de la escuela de verano de movimientos sociales: Tinto de Verano. En esta última edición de la escuela de verano confluyeron las protestas de la caravana marcha2 con la que Baladre festejaba los treinta años de la coordinación y la marcha de protesta cicloturista de Ecologistas en Acción. También fruto de la cooperación local entre Ecologistas en Acción, CGT y las activistas de Baladre de Cuenca tuvo lugar, coincidiendo con la celebración en Cuenca de un encuentro de la Coordinación, la primera manifestación en contra del proyecto político de la UE. Esta manifestación recorrió las calles de la ciudad entre cánticos en los que con burla y sorna se agradecía a la policía que nos dejara salir de excursión y terminó con una obra de teatro de calle “la subasta de esclavas” en la puerta de la delegación provincial del ministerio de economía.
El 15M nos dejó la ocupación por parte de una asamblea autónoma de estudiantes de onda libertaria y anarquista del edificio de un antiguo hospital privado y la apertura del nuevo CSOA “el HOSPI” que, en lo que duró, imprimó a la ciudad y a nuestras vidas de un gran dinamismo. Aún recordamos las ridículas fotos que la Subdelegación del Gobierno publicó en rueda de prensa tras el desalojo, de la colección de peligrosos fanzines veganos que los cuerpos de represión habían logrado incautar. Pero entre muchas de las cosas que se cocinaron en el HOSPI está la experiencia en el que las compañeras de la asamblea del CSOA y de Zambra inician una nueva dinámica de organización autónoma de mujeres que construyen un nuevo espacio organizativo en el que confluyen un significativo grupo de activistas de diferentes colectivos y organizaciones. No obstante, tras cierto dinamismo inicial, las presiones que las organizaciones políticas ejercen en su interior a través de sus militantes para subordinar las actividades de este espacio a sus intereses electoralistas determinan que poco a poco las compañeras vayan abandonando este espacio. Ahora bien, con la lección aprendida y en base a lo aprendido sobre coordinación horizontal en Baladre, estas compañeras desbordan este espacio con una nueva dinámica organizativa y trabajo de base sobre todo con jóvenes que, bautizada con el nombre de Coordinación Feminista de Cuenca que potencia el liderazgo colectivo de toda una nueva generación de mujeres jóvenes y no tan jóvenes que protagonizan las masivas movilizaciones de las mujeres de estos últimos años en contra de los regresivos intentos por parte del poder de desmantelar las aún siempre insuficientes conquistas colectivas en materia de igualdad de género y diversidad de identidades.
Por otra parte, la oleada de represión que se inaugura con el desalojo del “HOSPI” se radicalizó cuando, durante una manifestación para pedir la liberación de las personas detenidas durante la última huelga general, un autobús no se detiene y a punto está de embestir a la gente, coyuntura que aprovecha la policía para reprimir violentamente la manifestación y disolverla. Al día siguiente la policía detiene a tres personas a las que deja en libertad con cargos por haber presuntamente agredido a varios “agentes de la ley”. Lo que da lugar a que en base a su único testimonio dos de estas tres personas sean víctimas de un montaje policial que se salda con un proceso penal en los que se piden dos y cuatro años de cárcel. Algo que a las activistas de Baladre nos llevó a participar activamente en la campaña con las que se exigió la inmediata absolución de las víctimas de este montaje policial. Finalmente, una de las compañeras fue definitivamente absuelta en el juicio, mientras que la otra fue dolorosamente condenada sólo en base al testimonio de la policía a una pena lo suficientemente poco significante como para poder esquivar la entrada en prisión.
En paralelo, mientras el número de las personas que formamos parte el grupo de Zambra disminuye –básicamente porque una gente tiene que irse de la ciudad para buscarse la vida-. La merma de nuestros recursos y la mella que hace en nosotras también cierto agotamiento existencial del proyecto determinan que decidamos cerrar la casa y marcharnos al local que la CGT va a utilizar como nueva sede en la otra punta de la ciudad. No obstante, como vecinas, las que vivimos en el barrio, con el apoyo, la complicidad y la cooperación de nuestras compañeras continuamos participando en las dinámicas de organización autónoma de nuestro barrio.
En ningún caso las dinámicas organizativas de la A.VV del Barrio de San Antón dejan de estar exenta de las tensiones que provocan los continuos choques entre las funciones y roles institucionales y de mediación atribuidas por el poder a este tipo de asociaciones y las esperanzas de muchas de las que participamos en la A.VV de que termine transformándose en un verdadero espacio de lucha al servicio de los intereses colectivos de los diferentes grupos sociales que habitan en el barrio. No obstante, estas tensiones no impidieron para que, inspiradas por lo aprendido en Baladre, en base a la filosofía de la “sirla al estado” y la aspiración a la “desprofesionalización” y la “desmercantilización” de la acción social, algunas gentes del barrio protagonicemos un ciclo de confrontación con el ayuntamiento en el cual, bajo el trasfondo de la denuncia del negocio de la pobreza que suponen los proyectos europeos de rehabilitación de espacios sociales degradados, recuperamos el centro social del barrio para la comunidad y la ciudad. Nos hicimos con la llave del centro y desafiando y burlando las barreras administrativas con las que poder restringe el uso de estos espacios, transformamos el centro social en un espacio abierto no sólo a las actividades del barrio, también de los movimientos sociales de la ciudad. De repente las asambleas para organizar protestas sociales en la ciudad también se celebran en el centro social del Barrio. El sindicato provincial de oficios varios de la CGT que ve como la perdida de afiliación le priva de la capacidad para mantener una sede propia puede utilizar el centro social para poder sostener su actividad.
La recuperación de la celebración de las tradicionales fiestas populares da paso a la celebración de multitud de jornadas lúdico-festivas con las cuales, además de recuperar el tejido social, desafiamos la imagen estereotipada del barrio denunciando las desigualdades sociales y las reivindicaciones sobre la mejora de las condiciones de vida. La confrontación con el ayuntamiento da lugar finalmente a que con la colaboración con la Facultad de Trabajo Social podamos explorar durante varios años la gestión comunitaria de varias iniciativas de intervención social que sobre todo tiene que ver con profundizar en las dinámicas organizativas autónomas que ya existen en el barrio y reforzar la atención a las necesidades específicas y de cuidado de la juventud y de la infancia más castigada de nuestro alrededor. No obstante, tras impulsar la creación de una batucada, un club de boxeo y de relanzar el proyecto de reparación y reciclaje de bicicleta con los que se trata de promover un modelo de desarrollo social alternativo en y desde el barrio, transcurrido cierto tiempo, las presiones por jerarquizar, tecnificar y profesionalizar nuestra acción social bien desde dentro por la presión de los profesionales para dirigir la intervención desde un pretendido saber de expertos; y desde fuera, ejercida por el ayuntamiento, que a través de la presión sobre la junta directiva de la asociación trata de jerarquizar la intervención y subordinar nuestra acción social a sus intereses de contención y control, terminan provocando que tras varios años de intenso, no reconocido y mal pagado trabajo, las compañeras abandonen esos proyectos de intervención social3.
Ahora bien, la historia no acaba aquí, igual que como al principio, toda esta etapa culmina con la celebración de un nuevo encuentro de Baladre en el Centro Social del Barrio, que a modo de nuevo principio da pie a nueva etapa en la cual, a pesar del agotamiento existencial que provoca haber podido constatar como en muchas ocasiones en el mundo del activismo social también interiorizamos la competencia, la productividad y el rendimiento y nos orientamos bajo ciertos estímulos por intereses que distan mucho de ser verdaderamente los intereses de todas, algunas compas ya exploran nuevos caminos en colaboración con el sindicato provincial de oficios varios de Cuenca de la CGT para relanzar la acción social autónoma en el barrio y en la ciudad desde esa nueva casa: la Kasa de Todas. Mientras que otras lo hacemos ya desde otros espacios y lugares. Hasta el próximo encuentro de Baladre. Y si no puede ser en ese, que sea en el siguiente.
Notas
- La memoria de esta experiencia está disponible y puede consultarse: Lascorz, A.; García, E.; Guijarro, L.. Busquier, M. y Martínez, E. (2010). La consulta participativa en el barrio de San Antón (Cuenca) como instrumento para abordar las necesidades sociales desde la comunidad. En Miradas a lo social: procesos y problemas sobre los que actúa el Trabajo Social (pp.121-142).
- Video de la caravana marcha 30 años de Baladre disponible en https://video.nogafam.es/w/vuNdheMeLUFStpPjj2Kr1x?start=6s
- Parte de la memoria de esta experiencia está recogida en: García, E. Maldonado, M.J. Lascorz, A. y Gutiérrez, M. (2018) ¿Quién decide qué y cómo? el conflicto en torno a la participación ciudadana en el contexto del desarrollo de la iniciativa urbana: Cuenca-San Antón (2007-2015). Arxius de sociologia,39, 163-174. Disponible en https://roderic.uv.es/bitstream/handle/10550/69981/6874494.pdf?sequence=1&isAllowed=y Maldonado, M.J. García, E.; Gutiérrez, M. Lascorz, A. Baranda, V. (2017) La evaluación vecinal de la iniciativa urbana Cuenca-San Antón como herramienta de resistencia y confrontación con las políticas sociales neoliberales. En Comunidades sostenibles: dilemas y retos desde el trabajo social (pp. 1714-1723) disponible en https://www.cgtrabajosocial.es/app/webroot/files/consejo/files/CONGRESO/COMUNIDADES%20SOSTENIBLES.pdf