SOV CGT [Alcázar de S. Juan]
“La escritura es el artefacto más libre de todas las obras mundanas”, escribió una periodista en los años cincuenta como defensa a una toma de principios. Yo me apoyaré en esa premisa para escribir este texto. Es digno de atención todo carácter que esté esculpido por lo mundano, por el compromiso y la lealtad a unos principios, sean los que fueren y en este caso no configurar un correlato como se hace la lista de la compra.
Se nace como se muere: bajo la luz de lo indescriptible. Escribo sobre lo primero por petición de aquellas a las que proceso afectos y afinidades, estas nacidas de un compromiso tan valiente como temerario con principios enfrentados a la multiplicidad de injusticias existentes como consecuencia del imperante sistema social, político y económico; hermanas de Baladre, hermanas disidentes como nosotras en la conciencia de ser convictas y reas de la jaula de hierro, utilizando el símil de Max Weber, como referencia a la pérdida de libertad y autonomía que sufre el ser humano.
Hay que recordar, por justicia y porque algunos de los que estamos aún por aquí y a finales de los años ochenta del siglo anterior, la reorganización del Ateneo Libertario, las ferias donde CNT y el mismo Ateneo tuvo casetas para financiar las campañas; las clases de Esperanto que el que escribe impartió; la represión de los monitores de la escuela taller del municipio por la cual fueron despedidos los monitores por estar afiliados, ganando varios años después el juicio con despido nulo y que le costó a las arcas públicas municipales todos los salarios atrasados; las movilizaciones en contra del V centenario que, con desperfectos en el sitio donde se realizó sirvió para criminalizar nuestros actos y nuestro activismo por parte de las autoridades y la prensa de entonces; los fanzines como Al Margen o Baraka impulsados por la asociación precursora del movimiento libertario en la comarca que se llamaba y se llama Luna Hiena y por compañeros que ya no nos acompañan y a los que guardamos muchos afectos y se les echa de menos de una manera dolorosa; a aquellas personas que se nos acercaban y relataban cómo sus padres y abuelos habían vivido bajo la maza de una dictadura atroz y habían sufrido pobreza y resignación; y aquellos que con más equivocaciones que aciertos sabíamos que un cambio de paradigma era esencial para entender que no necesitábamos una casta que nos mantuviera encerrados en una prisión física, emocional, moral e intelectual y que de no ser así, poco o nada haríamos para empezar un camino como pueblo de libertos.
Nosotras, pocas, en esas estábamos al principio en este territorio inhóspito, de mano de una fortísima convicción y unos principios sólidos de las compañeras trabajadoras del ferrocarril que llegamos a Alcázar de San Juan en el centro de Castilla La Mancha éramos portadores de esa conciencia de la constricción de libertades como consecuencia del desarrollo de la racionalización intensiva y la burocracia como formas de organización fundamentales en la recién democracia estrenada sobre la base de una oligarquía de partidos y sindicatos; entendíamos y que preservaba, ajena al ciudadano común y para sus intereses las capacidades del individuo, pero le privaba de su autonomía, provocando un desencanto, anomia y una adhesión al régimen que le despojaba de la ilusión pero premiaba el gregarismo y la adhesión incondicional como herencia histórica de un caciquismo disfrazado de progresía.
La desafección de los ciudadanos a la política comenzaba a ser un hecho consumado y un vivo retrato de la calle, en la cual la ciudadanía vivía, salvo pocas excepciones, su verdadera condición de comunidad y pueblo. No refrendamos, aquellas que disentíamos, una idolatría partida en dos bajo el resultado de un desconocimiento profundo, incluso voluntario e intencionado por interesado, de los mecanismos que devienen y conforman el sistema global.
El recuerdo es una tormenta de verano: intenso y perenne cuando la intensidad de los acontecimientos descarga con fuerza y escurridizo y pasajero cuando la tierra deja de estar empapada y los acontecimientos pasan; es ésta mi memoria y dejaré miles de acontecimientos y actos en el tintero.
La organización se constituyó formalmente en Alcázar de San Juan en junio del año 1997. A pesar del peso sustancial que tuvo en la II República CNT, todo rastro fue desterrado a archivos y habitaciones oscuras y UGT, junto con CCOO, gozaban de una hegemonía incontestable, con poderes enormes en empresas públicas, en algunas de las cuales mandataban a las empresas para forzar traslados y represalias en el desarrollo de la carrera profesional de aquellas trabajadoras disidentes como la que escribe.
El primer núcleo, como he dicho, fue el de la afiliación del Sector Federal Ferroviario de CGT en el ferrocarril, que, enfrentándose a empresa, sindicatos, instituciones locales, a las amenazas constantes –y a presiones que llegaban a los ámbitos personales y familiares– y, también a la precariedad de los medios lograron sacar representación en RENFE y que se le adjudicara el primer local en la estación de ferrocarril de Alcázar de San Juan. Desde allí se haría en los siguientes años una intensa actividad fuera de los límites de la empresa, haciendo que el Sindicato de Oficios Varios creciera en la medida que la militancia no flaqueaba.
Tierra inmortalizada por Cervantes y ocupada por usurpadores de ideologías y herencias históricas en las instituciones que se encargaron desde los ochenta a vaciar la calle de movimientos contestatarios y consolidar el régimen del 78; tierra campesina, con apenas industria, con una población pequeña con relación a la extensión de su territorio, con ingresos de nóminas con una gran importancia para el comercio y los negocios locales de personal laboral y funcionario tanto del ferrocarril, la educación, los órganos de gobierno y más tarde de la sanidad; con un peso plomizo de la institución religiosa que impregnaba e impregna, festejos, costumbres y principios; tierra en la que afianzar una organización anarcosindicalista era y fue un reto de gran envergadura.
A principios de la década primera del presente siglo conocimos a las gentes de Baladre; en el año 2005 realizamos las primeras jornadas sobre la Renta Básica – casi veinte años trabajando, discutiendo y elaborando tareas, modos de convivir y compartiendo afectos, estos últimos los más importantes en las relaciones mutuas y, es obligado escribir que asimismo, en toda la trayectoria del Sindicato y que, de una manera incuestionable, lo ha mantenido a flote y lo ha hecho crecer hasta convertir su existencia en un referente.
No es éste el lugar para pormenorizar, los cientos de actos, manifestaciones, conferencias, cine club, cursos formativos, publicaciones, campañas, colaboraciones –con grupos ecologistas, animalistas, pacifistas, anarcosindicalistas, anarcofeministas y tantos otros-, exposiciones –Mujeres Libres, Delgado y Granados, Chiapas y los zapatistas, Historia del Anarquismo…-, sin embargo, la actividad ha sido frenética y agotadora. No puedo dejar fuera aquello que más nos ocupa, que es la actividad de asesoría jurídica y sindical diaria y sin horarios a cientos de trabajadoras estos años y el trabajo de un Secretariado Permanente donde son mayoría afortunadamente las compañeras.
Y aquí estamos, hemos cambiado de local en tres ocasiones ahora estamos en negociaciones para obtener el último como patrimonio para las trabajadoras anarcosindicalistas que vengan.
Con el paso de los años nuestras convicciones se han reforzado, así como el cansancio de un tiempo que no da tregua; nos hacemos mayores y la gente de menos edad va y viene con toda velocidad, ajustados a los tiempos que corren de la inmediatez y la capacidad adquisitiva como preferencias hegemónicas. Joseph Pulitzer escribió que, con el tiempo, una prensa cínica, mercenaria, demagógica y corrupta formaría un público tan vil como ella misma. Nos es difícil filtrar nuestros principios, reivindicando derechos y pan, entre esa amalgama de tan mal y pésimo circo.
A pesar de todo ello, seguimos luchando.
Y batallamos por principios y a pesar de una vida orgánica estatal que, al haber crecido de gran manera el sindicato, ha sido convulsa y difícil en ocasiones y en la que participamos con una proporción baja al querer centrar nuestras energías en lo esencial y cotidiano y en trasmitir aquello que pensamos y en trasmitir La Idea del pensamiento libertario.
Termino aclarando, o tal vez no, lo anterior. Y lo hago parafraseando a Jefferson, a Foucault, a Gramsci, a Galeano, a Henry David Thoreau y a Reclús: participamos de unos principios que defienden la mente humana libre por naturaleza, siendo criminal cualquier intento de influir en ella por intimidación o engaño; que libertad y responsabilidad son indisociables y quien trate de disociar una y otra cosa miente interesadamente, o bien, para hacer que otro asuma sin libertad una responsabilidad, o también, para presentar la libertad de otro como irresponsabilidad; que la virtud cívica consiste en desconfiar de todo poder coactivo, contribuyendo así a que ésta se ciña a lo imprescindible y que el vicio gregario consiste en adherirse sumisamente a él, contribuyendo a que crezca más allá de lo imprescindible; que la tiranía contemporánea posee formas recurrentes, como la desvirtuación de lo que denominan democracia, que consiste en no orientar permanentemente al gobierno a la promoción del autogobierno, frustrando la descentralización de funciones y manipulando la ingenuidad popular; que desde nuestro discurso y cercanías hacemos referencia a un orden social estratificado –con clases sociales– en el que los subordinados acatan la dominación al interiorizar los valores de sus gobernantes y aceptar la “naturalidad” de la dominación –tal es la forma en la que han de ser las cosas-; que todo orden social trata de hacer que su propia arbitrariedad -incluyendo mecanismos de control y opresión- parezcan naturales; que existe una alarmante tiranía aceptada con sencillez y sin rechistar por la cual se mutila el libre albedrío y el derecho a pensar en libertad en ese proceso de formación social y que el colonialismo visible mutila sin disimulo: prohíbe decir, prohíbe hacer, prohíbe ser y el colonialismo invisible, en cambio, convence de que la servidumbre es el destino y la impotencia nuestra naturaleza: convence de que no se puede decir, no se puede hacer, no se puede ser; que, en palabras de Reclús, existe un extraño contraste el de las cosas: Para los que habitan el oasis es este un presidio; para los que lo divisan de lejos o lo ven sólo con la imaginación, es un paraíso; y que el aburrimiento no es sino otro nombre de la domesticación.
Ahora, en este presente, tan singularmente intenso de extrañamiento, no nos domina el aburrimiento y sabemos que hacerse preguntas es mucho más importante que encontrar respuestas; la incapacidad para interrogarse es un obstáculo desde el instante que no existe capacidad para evadirse del acoso de las dudas; ese vacío significativo incapacita para hablar con el otro y con uno mismo; todo fluye, sentenciaba Heráclito, y la vida es un torrente; el movimiento es una ley universal, ahora también, hoy también hay que vivir con coraje, sin concesiones, ese es el destino.
¡Resistir, persistir, insistir hasta que la oscuridad sea luz de nuevo!
Saludos libertarios gentes de Baladre; hermanas; infatigables; insobornables; turbadoramente brillantes; extremadamente y nunca suficientemente queridas.
Salud y Acierto.
Juan Carlos Pérez Aguilera.
Secretaría de organización y formación
del SOV de CGT de Alcázar de San Juan
A todas aquellas que estuvieron y que forjaron, de una u otra manera, nuestra visión del mundo y en especial a Eladio Villanueva Sarabia y a José M. Rufo Romero in memoriam