Vila Margarita: Un espacio comunitario de seguridad y bienestar

A Coruña es la ciudad con los precios más altos y la menor oferta de vivienda en alquiler de Galiza. El acceso a espacios dignos donde desarrollar nuestras vidas es cada vez más prohibitivo para las clases trabajadoras precarias y/o socialmente excluidas y la gentrificación es un monstruo que avanza en los barrios populares apoyado en los discursos criminalizadores y el aumento del control policial. No es que haya tampoco mucho que rascar de nuestras instituciones, colaboradoras en este proceso y responsables del abandono de las personas a su suerte en cuanto a acceso a la vivienda y políticas de protección social.

Vila Margarita está situada en uno de esos barrios, en concreto en el barrio de Sagrada Familia, enmarcado en una de las zonas con mayor densidad poblacional de Europa. Durante muchos años fue la vivienda de una mujer especial, luchona, comprometida con la justicia social como tantas otras que han inspirado nuestras acciones. Posteriormente, cuando su estado de salud ha demandado otras respuestas de cuidados, esa casita pasó a funcionar como refugio para compis en situación de precariedad o con necesidades habitacionales específicas. Muchas de nosotras, personas baladrinas o afines, conocemos la existencia o hemos tenido la oportunidad de hacer uso de un espacio habitacional rescatado de las lógicas de la propiedad privada, de la gestión individual y de la especulación.

Hace unos cuatro años que, desde una lógica de apoyo mutuo y construcción comunitaria, nuestro compañero Manolo Sáez, la persona encargada de cuidar del legado de Margarita, decidió dar pasos para la gestión colectiva del espacio. Para ello, se formalizó un contrato de cesión del espacio a la Asociación Zambra para uso como Centro de Documentación y Acogida, quedando la gestión del mismo a cargo de baladrinas de Galiza. Desde enero de 2020, una de las compañeras, con necesidad de residir en esta ciudad y dificultades para sostener un alquiler debido a las condiciones precarias del mercado laboral, comenzó a desarrollar su proyecto de vida en Vila Margarita con la intención de cuidarla de forma estable y comprometerse con la gestión de este espacio comunitario baladrino.

Así, se han llevado a cabo varias mejoras en la vivienda gracias al trabajo y al sostén económico colectivo de gentes baladrinas que resultó en la colocación de una caldera para calefacción en la casa, la renovación de la instalación de gas, la adecuación de una habitación que permita un poco más de privacidad a las visitas y la impermeabilización de una de sus terrazas, entre otras.

Van ya más de tres años de gestión colectiva de este espacio y Vila Margarita no sólo ha servido para la cobertura de las necesidades de vivienda de una persona sino que ha seguido funcionado como refugio y vivienda temporal o puntual para otras gentes cubriendo situaciones muy diversas. Ha sido un espacio seguro para una mujer en situación de gran vulnerabilidad que necesitaba un hogar de forma emergencial durante los meses más crudos de la pandemia y que ha podido recomponer y rearmar su vida aquí, y también techo para otra compañera que necesita intermitentemente un lugar donde quedarse por motivos de trabajo a lo largo de estos años.

Por esta casita han pasado compañeres que necesitaban dormida en la ciudad de A Coruña durante el desarrollo de sus activismos y, lo que no es menos importante, porque nosotres también tenemos derecho, ha servido como un lugar de respiro, descanso y disfrute para aquelles compañares que no pueden costearse alojamientos para vacaciones o no queremos seguir siendo parte de un modelo de turismo que no beneficia mas que a los de siempre.

Nos parece una iniciativa pequeña pero valiosa de sostener por todo lo que representa en lo emocional y también en lo político.

Sentimos que es un homenaje y una forma de mantener viva la memoria de Margarita y tantas otras mujeres que nos han enseñado a hacer política desde lo cotidiano. También una experiencia de gestión comunitaria que representa esa otra forma de hacer y organizarnos que caracteriza a Baladre.

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