De la Marea Roja al Punto de información y denuncia de derechos sociales. Del activismo político al trabajo social comunitario y desprofesionalizado

El Punto de Alacant

Lo primero es aclarar el título. Este escrito es el relato de un trayecto, el de cómo un colectivo de activismo social y político ha ido mutando a un espacio de trabajo desprofesionalizado en búsqueda de esa acción social comunitaria que nos permita sentar las bases para otra manera de relacionarnos. No es que se abandone el activismo político, es que éste se transforma en algo más cercano, más tangible, menos teórico.

Nace La Marea Roja Alacant

En abril de 2012 dos personas de Toma la Plaza Alacant decidieron rescatar una iniciativa, que en un primer intento había fracasado, ir a la puerta de una oficina de empleo a informar a las personas desempleadas sobre sus derechos e iniciativas para defenderlos. La diferencia entre este segundo intento y el anterior, aparte de añadir Alacant al nombre (pasó a llamarse Marea Roja Alacant), fue acordar ir un día a la semana en vez de un día al mes.

Para ello se empezaron a editar unas hojas informativas que eran cambiadas tras varias semanas. En total se editaron 28 hojas informativas, las 19 primeras durante el periodo de permanencias en las oficinas de empleo y otras iniciativas como los martes al sol, un intento de crear una asamblea de personas desempleadas. El resto de hojas informativas, de la 20 a la 28, se editaron a partir de la creación, en octubre de 2015, del Punto de Información y Denuncia de Derechos Sociales.

Pero, retrocedamos un poco en el tiempo. Un año después de su creación, la Marea Roja se encargó de organizar el segundo aniversario del 15M, la idea era acampar en la plaza durante un mes y dedicar ese tiempo a debatir sobre la crisis, el desempleo y la economía capitalista, y, de paso, reivindicar una Renta Básica para personas desempleadas. La iniciativa chocó frontalmente con la oposición de la Subdelegación del Gobierno, oposición que trajo consigo algunas multas y una reestructuración de la iniciativa!, tal como podéis comprobar en el enlace.

La reestructuración consistió en la celebración de unas jornadas durante 18 días, en las que se ocupaba la plaza de 10 de la mañana a 10 de la noche, periodo dedicado a la recogida de firmas para una ILP por la Renta Básica a nivel europeo y a la celebración cada tarde de un debate sobre diversos temas relacionados con la propuesta que había originado la iniciativa.

El momento cumbre de las jornadas fue el 8 de junio, la presentación de la propuesta de la RBis a cargo de Coordinación Baladre. Y decimos momento cumbre, no solo por la cantidad de personas que acudieron ese día a la plaza, sino por el cambio de perspectiva que supuso el contacto con este espacio y su propuesta de la RBis.

Tras las jornadas, la Marea Roja Alacant se apuntó a la caravana-marcha de Baladre. Después vinieron las marchas de la dignidad y la ILP estatal por la Renta Básica, acciones en las que la Marea Roja llevó la iniciativa en las comarcas del sur del País Valencià. A destacar que, en la ILP por la Renta Básica, el trabajo llevado a cabo supuso que estas comarcas fueran uno de los lugares en los que más firmas se recogieron, a punto de desbancar a Madrid de la primera posición a pesar de la diferencia de población y de colectivos implicados en la campaña.

La implicación en la Coordinación Baladre llevó a la Marea Roja a encargarse de la organización de la salida de la caravana marcha de 2014 y de la organización de un encuentro de Baladre en octubre de 2015.

Se crea el Punto de Información y Denuncia de Derechos Sociales

Al terminar el encuentro, el colectivo, 6 personas en aquel momento, decidió dar un salto y crear el Punto de Información y Denuncia de Derechos Sociales. Decisión que supuso un cambio en el planteamiento estratégico, se abandonaba temporalmente el trabajo como activistas políticos y se bajaba al barro a conocer, compartir e intentar comprender la realidad de las personas en situación de vulnerabilidad o riesgo de exclusión social. Se abandonaba la céntrica plaza de la Montanyeta y se trasladaba el trabajo a un local en la plaza de Les Palmeretes, en el barrio de Carolines Baixes.

En los primeros meses la actividad del Punto fue baja, pocas personas se acercaban en busca de información y cuando venía una se veía atendida por 5 o 6 personas, todas ansiosas de atinar con la información que pudiera necesitar. Gran parte del tiempo lo dedicábamos al debate interno, a participar junto a otros colectivos en las problemáticas del barrio y a intentar coordinarnos con otros grupos del País Valencià para buscar estrategias contra la precariedad y a favor de la Renta Básica. Intentos que cuajaron en un espacio del que hablaremos en un momento. Fueron unos meses en los que aún estaba activa la Asamblea del 15M y el colectivo, aunque con bastante autonomía, era un grupo de trabajo de dicha asamblea y las iniciativas que tomaba eran consensuadas y apoyadas por ella.

La Asamblea por la Renta Básica al País Valencià y la RVI

En 2016, junto a colectivos de otras localidades, creamos la asamblea por la Renta Básica al País Valencià. Espacio que adquirió importancia cuando la Generalitat, en diciembre de ese año, presentó el proyecto legislativo de la RVI, ante el cual la Asamblea llevó a cabo un análisis y una crítica del mismo. En Alacant dicho análisis desembocó en, por una parte, un recorrido por los centros sociales para debatir con los y las trabajadoras sociales por un lado, y con los usuarios por otro, el proyecto de la Generalitat. Y, por otra parte, la elaboración de un texto de 24 folios que incluyó una enmienda a la totalidad y una propuesta alternativa.

La presentación del texto a la Asamblea, en la 5ª trobada de la misma, trajo consigo un debate, no exento de cierta crispación, al ser considerado por la mayoría de los colectivos que la formaban una rendición ante las dinámicas parlamentarias, algo que en Alacant discrepábamos pues considerábamos que no es lo mismo debatir con la política institucional que rendirse a ella.

El debate trajo consigo la intervención de la Asamblea, a pesar de la oposición de varios colectivos, en la comisión parlamentaria sobre la RVI abierta a la participación de ONGs y Colectivos sociales, celebrada en octubre de 2017.

Tras la participación en la comisión y la posterior aprobación de la RVI, sin apenas cambios del borrador inicial, y al contrario que otros colectivos que formaban parte de la Asamblea por la Renta Básica al País Valencià, en la Marea Roja se llegó a la siguiente conclusión: que junto a lo importante, que era la lucha por la RBis, estaba lo urgente, el apoyo a las personas para que ninguna se quedara sin cobrar la RVI. Por lo que se decidió centrar el trabajo en lo urgente, y, a su vez, trabajar para que esta prestación, insuficiente y burocratizada fuera un paso hacia la RBIs, tal como quedó plasmado en diversas acciones llevadas a cabo en 2019 y principios de 2020. Acciones que, como la recogida en esta entrada del blog, exigían unos mínimos aceptables para considerar a la ENI un primer paso en el buen camino, pero no adelantemos acontecimientos.

La aprobación de la Ley trajo consigo un crecimiento importante en la afluencia de personas al punto. Una media de 5 o 6 personas acudía cada miércoles para solicitar la RVI, se trabajaba con ellas de manera colectiva, cada persona comunicaba su situación para pasar seguidamente a rellenar su solicitud siguiendo las pautas que una persona del colectivo iba marcando, pautas que en ciertos aspectos eran diferentes al ser diferente la situación de cada solicitante (tiempo de empadronamiento en el País valenciano, composición de la unidad de convivencia, situación habitacional, etc.). Los casos que no tenían que ver con la RVI eran tratados de manera individual por otra persona del colectivo.

Los retrasos en la resolución de la solicitud, generados por la enorme burocracia que supone su aplicación, propició la convocatoria de la I Asamblea de personas afectadas, asamblea celebrada en la plaza de Les Palmeretes. Era la primera vez que el Punto salía del local de Ecologistas en Acción, algo a lo que le fuimos cogiendo el gusto. La asamblea se dedicó a evaluar la aplicación de la ley y dio paso en los meses siguientes a una serie de acciones reivindicativas en diferentes zonas de la ciudad.

Acciones entre las que destacamos la celebrada el 21 de mayo de 2019 en la Placa del Ajuntament y la doble concentración del 8 de agosto del mismo año, primero en las puertas del Prop, para presentar varias reclamaciones previas de personas afectadas por los retrasos, y una hora más tarde en el Sindic de Greuges, para que las mismas personas afectadas solicitaran su apoyo mediante la presentación de las quejas correspondientes y denunciaran públicamente su situación con vídeos grabados en la calle.

El 19 de septiembre se celebró la II Asamblea de personas afectadas, a esta asamblea asistieron unas 40 personas, no solo de la ciudad sino de algunos pueblos de las comarcas del sur del PV. Para sorpresa nuestra se presentaron dos autoinvitados inesperados, la Directora General de Acción Comunitaria y Barrios Inclusivos, Maria José Cortell, persona encargada de dirigir la aplicación de la ley, y un asesor personal de Mónica Oltra , que tras su presentación intentaron monopolizar la asamblea, por lo que la persona moderadora tuvo que informarles que aquello era una asamblea de personas afectadas y que ellas solo podrían intervenir respondiendo a preguntas cuando la asamblea hubiera terminado. La asamblea transcurrió sin más interrupciones y de ella salieron una serie de concentraciones que buscaban mantener la tensión mediática. Al terminar, la Directora General se sometió a las preguntas de los asistentes e intentó justificar los retrasos por la complicación que suponía la puesta en marcha de una ley, según ella, tan ambiciosa, algo que no convenció a nadie.

Las concentraciones llevadas a cabo a raíz de la II Asamblea, dieron pie a la creación de un grupo de correos que coordinaba el trabajo de personas y colectivos de Alacant, Elx, Torrevieja, Oriola, Elda-Petrer y Alcoi, denominado Asamblea de afecta das por el caos en la RVI, espacio que generó multitud de acciones hasta junio de 2020. Entre esas acciones destacamos dos: la celebrada el 20 de diciembre de 2019 ante las puertas del Prop, con una performance llevada a cabo sin haberla ensayado. Y la campaña de correos exigiendo la aplicación del silencio administrativo positivo llevada a cabo durante el confinamiento, campaña que provocó bastante presión dentro del Consell, y que obligó a la vicepresidenta del Govern de la Generalitat i Consellera de Igualtat i Politiques Inclusives, a exigir dinero de otras consellerías para poder aprobar miles de solicitudes estancadas a finales de abril de 2020.

Y llegó el Ingreso Mínimo Vital y el caos provocado por esta prestación lo trastocó todo, y decimos que lo trastocó, no porque estuviera bien la cosa como ya habréis comprobado a estas alturas, sino porque el lio superó cualquier predicción negativa, que algunas ya hicimos.

Pero antes retrocedamos un poco y veamos qué otras cosas se hicieron desde el Punto aparte del trabajo en torno a la RVI.

El Punto y su implicación en Carolines

Como ya comentamos anteriormente, desde el principio el Punto buscó una interacción con el barrio de Carolines (formado por dos barrios, Carolines Baixes y Carolines Altes), quizás el barrio que tiene el mayor tejido asociativo de la ciudad.

El nexo de unión con el barrio fue el Hort comunitari de Carolines, espacio recuperado en el año 2009 por un grupo de jóvenes y que tras varios años de trabajo han transformado un solar lleno de basura en un huerto comunitario y en un espacio de encuentro y socialización de gran impacto en el barrio y en la ciudad. La relación del Punto con el Hort fue desde el principio fructífera, generando diversas actividades conjuntas, entre las que destacamos el trabajo de sensibilización sobre el proceso de gentrificación del barrio. Trabajo que duró varios años, en el que se llevaron a cabo diversos debates, dos festivales de cine, varios actos callejeros y un estudio sobre el impacto de los pisos turísticos en el precio del alquiler en la zona, etc., pero que se vio truncado, como tantas otras actividades, por la COVID.

La preocupación por el problema de la vivienda en el barrio y en la ciudad dio lugar, tras el confinamiento, a una campaña, en colaboración con dos colectivos (Cuiden Carolines, surgido alrededor del Hort Comunitari durante el confinamiento, y Obra social la PAH), por la situación de los alquileres y en concreto la negativa del Banco Sabadell a renovar los alquileres sociales.

Campaña que supuso el germen para la creación del Sindicat de Barri de Carolines, espacio de lucha contra los desahucios y por el derecho a una vivienda digna. Espacio que ha recogido el testigo dejado por Stop Desahucios y en el que activistas del Punto están implicadas.

Y apareció el IMV

En junio de 2020, el gobierno, en un acto altamente propagandista creo el IMV, una renta mínima de inserción que invade la tarea llevada a cabo, de forma bastante desigual, burocratizada e insuficiente, por las autonomías con sus rentas mínimas. No solo invade sino que genera un caos administrativo, como desde la Marea Roja ya denunciamos cuando se anunció la implantación del mismo, en mayo de 2020 y confirmamos meses después en diversas acciones contra las tres administraciones implicadas, Ayuntamientos, Generalitat y Gobierno central.

La entrada en vigor del IMV, trajo consigo una avalancha de personas solicitando información, situación que provocó que decidiéramos salir del local, dadas las dimensiones del mismo, y atender a las personas en la plaza, dejando solo el local para llevar a cabo los trámites, principalmente del IMV, que hubiera que hacer por internet.

La afluencia de personas, podríamos fijar una media de entre 30 a 40 personas semanales, ha traído consigo una gran variedad de situaciones, que van más allá de la falta de ingresos, problemas relacionados con la vivienda, el empadronamiento, la asistencia sanitaria, etc., que confluyen en los estados de precariedad y riesgo de exclusión social, situaciones que muchas veces no tienen la respuesta debida en las administraciones.

Han pasado 8 años de la creación del Punto de información, en este periodo las administraciones han creado herramientas para, según ellas, afrontar los retos de la precariedad, la RVI y el IMV. Herramientas que han demostrado su ineficacia para resolver los problemas sociales que acucian a las personas vulnerables por estar condicionadas por una visión de la vulnerabilidad que elude el análisis social. Una visión que plantea la vulnerabilidad como una falta de adaptación individual a los nuevos tiempos y no como un problema que tiene que ver con dinámicas de la economía capitalista para fomentar el aumento de los beneficios a costa de los derechos de un sector, cada vez más importante, de la población.

La RVL una propuesta que, como hemos denunciado muchas veces, mezcla dos conceptos, la precariedad económica y exclusión social, y amparada por la ley de servicios sociales 3/2019, de 18 de febrero, de la Comunitat Valenciàna, utiliza las prestaciones económicas como moneda de cambio para llevar a cabo itinerarios o procesos de reeducación que inciden en la responsabilidad individual de la persona usuaria de los servicios sociales, ver también nota 18.

Por ello hemos criticado muchas veces la filosofía de la RVI y hemos reivindicado por activa y por pasiva una reformulación de la ley de acuerdo a unas premisas que abran el camino hacia la Renta Básicas de las Iguales.

Respecto al IMV, qué decir, entró como un elefante en una cacharrería, prometió lo inconcebible, generó expectativas y defraudó por incompetencia y ganas de figurar, como ya denunciamos en su momento.

La Marea se diluye en El Punto

A lo largo de estos años la Marea Roja ha ido sufriendo cambios y ha ido diluyéndose en el Punto de Información, al ser éste una herramienta de gran incidencia social y que ha ido adquiriendo autonomía propia.

En estos años la estructura del punto ha ido variando. De un grupo inicial de 6 personas, todas ellas activistas de la Marea Roja ha pasado, en estos momentos, a estar constituido por 7 personas (4 vienen de la Marea Roja, 2 de la Obra Social la PAH y 1 de la Plataforma de Lucha contra la Pobreza). En el camino han trabajado muchas otras personas, entre ellas 2 trabajadoras sociales, 1 abogada y otras que antes fueron usuarias. Las que lo han dejado ha sido por cuestiones laborales o por cuestiones personales.

La relación con las personas usuarias es de cercanía. La mayoría está claro que viene para intentar resolver un problema y ya está. Otras encuentran en el punto un apoyo que va más allá de solucionar un problema económico, que las hace volver para saludar y comprobar que seguimos ahí. Ha habido días de mucho ajetreo, días con 50 o 60 personas en la plaza, en los que algunas de las asiduas han echado un cable actuando de traductoras o entablando conversación con las nuevas a fin de generar un clima relajado. Quizás estamos dando los primeros pasos de eso que a veces nombramos como trabajo social comunitario, eso que es etéreo porque no tiene una receta, que se basa en el respeto a la otra persona, en la escucha activa y en la creación de vínculos.

El Punto mantiene colaboración con diversos colectivos asentados en el barrio relacionados con situaciones de precariedad y riesgo de exclusión: Asociación San Vicente de Paul, Obra Social la PAH, Sindicat de Barri de Carolines, Cometas y sonrisas. Colectivos con los que se han generado sinergias y se van planteando trabajos conjuntos. En concreto y en la actualidad, estamos preparando una campaña sobre el empadronamiento, con el fin de lograr que este ayuntamiento anule su ordenanza y aplique la ley estatal de estadística, pues en Alacant hay miles de personas sin empadronar que no tienen acceso a los derechos más básicos.

Para terminar, deciros que el trabajo en el Punto es amplio y diverso, no se circunscribe a la mañana de los miércoles, impregna toda la semana, bueno casi toda, solo de lunes a viernes.

Se informa, se ayuda a rellenar solicitudes, se hacen reclamaciones, acompañamientos y … Los acompañamientos permiten una mayor cercanía con las personas y han logrado generar relaciones de cierta complicidad con algunas trabajadoras sociales y abogados. Qué más decir, pues que estamos ahí, en la plaza y en la calle, a veces perdidos, a veces confusos y a veces satisfechos por lo que vivimos.