Saul Curto
En 2020 me tocó celebrar mis cuarenta años en cuarentena (paradoja semántica y de la vida). Todes recordaremos por muchos años aquellos meses de desconexión social, de control social y de desmenbramiento colectivo. Confinamiento social como paradigma del aislamiento socio-cultural y de una sociedad individualizada. Baladre representa justo lo contrario a estas últimas palabras: reconexión social, construcción comunitaria y solidaridad colectiva.
Una de las grandes características de la Coordinación Baladre es el factor humano y social en su trabajo de activación comunitaria, y es desde ese factor humano y terrenal desde donde quiero acercarme en estas líneas.
Aunque Baladre como tal, lo conocí durante 2021, la relación con el trabajo que se desarrollaba desde la coordinación de luchas sociales, lo conocía muchos años antes. En 1994 se okupaba en Euskal Herria (País Vasco) Berri-etxea, por parte de Berri Otxoak, una coordinadora de luchas sociales que se creó en Barakaldo dos años antes tras el desalojo del local en la calle Berri Otxoak. La coordinadora Berri Otxoak siempre fue desde entonces una referencia de lucha y denuncia contra la precariedad y de construcción de solidaridad social en Ezkerraldea. En 2021 en los preparativos de organización del | Congreso Internacional sobre Democracia Comunal, que se iba a celebrar en Donostia y en Hernani, por carambolas de la vida, tuvimos el placer de cruzarnos en el camino con las gentes de Baladre y se convirtieron en grandes aliades de “la causa comunal” apoyándonos incondicionalmente desde sus posibilidades en diferentes ámbitos (difusión, edición, publicación, etc).
Si tuviéramos que subrayar algo del trato que hemos tenido con las gentes de Baladre desde entonces, apuntaríamos concretamente a ese factor humano: a la cercanía, a la dulzura, a la búsqueda de conexión con las situaciones reales de las personas, al cuidado, al cariño, al apoyo mutuo, a la generosidad colectiva. En su práctica se desarrolla una de las múltiples posibilidades prácticas de la concreción material y diaria de ese comunismo libertario o de ese anarquismo comunista si se quiere…. ;-).
Soy super consciente de que a las gentes de Baladre no les gustan las etiquetas ideológicas, y prefieren Sentipensar desde los latidos sociales vivos y las puls-acciones andantes y luchadoras. Pero a los y las que nos gusta unir continuamente la práctica diaria con horizontes de emancipación a largo plazo, nos gusta buscar anclajes ideológico-sociales. Y nos gusta mucho ver cómo colectivos de gentes como Baladre materializan en su práctica y dinámicas reales, elementos humanos muy importantes de las sociedades del mañana, prefigurando posibles futuros desde las luchas actuales. Las redes de Baladre, sus conexiones, sus formas de ser y de actuar, su solidaridad, su empatía, su generosidad y su compromiso, son referencias para la construcción de las sociedades comunales del mañana, y por eso, referencias importantes a tomar en cuenta.
Gracias a las gentes de Baladre (Manolo, Ruth, …) y a todas esas anónimas que participáis en las luchas sociales de la coordinación. Por unir puentes, por ser solidarias, por comprometeros, por luchar… por seguir el latido de la gente, por mimar el latido del Pueblo, y por acelerar las puls-acciones populares y comunitarias allá donde se pueda… Cuarenta abrazos y besos para todas vosotras, nos vemos en el camino, nos abrazamos en la lucha. ¡A por otros cuarenta! Gora zuek!
Desde Euskal Herria con afecto y cariño, Saul Curto, Miembro de la Red Internacional por la Democracia Comunal