Tal vez ahora…

María, Miguel e Iván

Corrían finales de los 90 en Logroño y formábamos parte de una parroquia (más bien conservadora), en un grupo de jóvenes más bien “guerrero” y con una visión del cristianismo acorde con la Teología de la Liberación y la lucha por la transformación social. Nuestra forma de ver esa lucha estaba muy enfocada hacia lo que se denominaba el tercer mundo (0’7%, condonación de la deuda externa, ONGs para el desarrollo…).

Lo más cercano quedaba en voluntariados (comedor social de las monjas, proyectos con los sin hogar de Cáritas, entrenando equipos de niños del Casco Antiguo…) con una visión muy asistencialista de la exclusión y la pobreza, y donde a veces, llegábamos a conclusiones de que estas gentes se buscaban sus situaciones.

Por otro lado, unas pocas de nosotras estábamos tomando decisiones que transformarían nuestras vidas para siempre: Vivir en Comunidad y declararnos insumisos al servicio militar obligatorio. Fueron estas decisiones y la Vida, las que trajeron a nuestra cotidianidad una serie de “casualidades”, que transformaron la forma de ver la realidad social que nos rodeaba, y nuestras vidas. Comenzar el activismo social en círculos más radicales como el antimilitarista del MOC, conocer otras realidades como Coordinadora de Barrios, la parroquia de Entrevías y Madres contra la droga de Madrid… y también, sin lugar a dudas, BALADRE.

Entre risas decimos que podría ser una agencia de viajes, por todos los sitios que conocimos y visitamos (Mota del Cuervo, Gamonal en Burgos, Palma-Palmilla en Málaga, la Koma y el parque de Alkosa en Valencia, Buenos Aires en Salamanca, Alcantarilla en Murcia, Abetxuko en Gasteiz, Barakaldo, Irún, Cantabria, Marinaleda y muchos, muchos otros sitios). Pero más allá de visitar ciudades y barrios (y también de que mucha gente pasara por nuestro hogar comunitario), Baladre supuso conocer y compartir con mucha gente: vida, sueños y luchas.

Desde las Jornadas de Lucha Social en Córdoba (con la okupación del Alcázar), nuestro paso por Baladre está salpicado de encuentros, charlas y conciertos. Encuentros y charlas que nos han abierto la mente, descubierto otras realidades y posibilidades y donde hemos conocido personitas impresionantes e ideas utópicas que se hacían más reales cuando se compartían y se hablaban con ellas.

Conocer de primera mano la Renta Básica Universal (allá por el 2.000, cuando no estaba en la agenda de casi ningún movimiento social o político y que hacía que nos vieran como a extraterrestres cuando hablábamos de ella en nuestra ciudad), y ver su evolución hasta llegar a la Renta Básica de las Iguales de la actualidad, “compitiendo” con otras rentas más débiles, y sabiendo que la “nuestra” es la mejor, es un motivo de orgullo para nosotras.

Y también los conciertos, en los que además de gritar contra la pobreza y la noexclusion, y por la abolición de las cárceles, hemos gritado canciones y servido cachis, muchos cachis.

En casa también tuvimos una mini distri con los materiales de Zambra-Baladre que movimos también por otros muchos lugares y que siempre ofrecían la apertura a buenas conversaciones y debates donde intercambiar puntos de vista.

Fue una temporada intensa, de vivirlo mucho y sentirlo mucho.

Tal vez ahora no estemos donde soñamos estar, desde luego como sociedad no, pero sin aquellas experiencias de luchas y construcción, tampoco seguiríamos ahora persiguiendo sueños y utopías, y construyendo y dejando nuestra impronta en aquellos espacios donde participamos, ya sea profesionalmente, o en espacios de activismo, construcción de alternativas educativas y comunitarias u otras.

No podemos terminar sin agradecer a todas aquellas que hacéis posible que esta forma de funcionar y estar en el mundo esté más cerca. Especialmente a las que seguís a tope en la editorial Zambra-Baladre, sacando, leyendo, corrigiendo materiales imprescindibles para mantener la lumbre de nuestras ideas, para que sigan evolucionando y nosotras creciendo con ellas.

Y, sin lugar a dudas, el “Nosotras las personas, de Canarias para el mundo”, ese programa de radio que hace del planeta Tierra un sitio más humano y amable, y que nos acerca (imprescindible en Logroño, la ciudad del inmovilismo) a cientos de movimientos, colectivos, asociaciones y personas que transforman, desde lo cotidiano, cada rincón de sus territorios, alimentando la esperanza y confirmando que las luchas siguen, frenando a la Bestia y construyendo ese mundo que todas nosotras queremos.

No hemos querido nombrar a ninguna persona por no dejarnos a nadie. Cada uno y una de vosotras sabéis que os llevamos en el corazón.

Un abrazo grande y a por otros 40 años de Baladre (eso sí, ya con una sociedad construida desde el municipalismo comunal).

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