Miren Etxezarreta
¿Ya han pasado 40 años? No hace cuarenta años que conozco Baladre, pero si muchos, aunque no sé cuantos. Pero tengo que confesar que me ha costado entender su verdadera naturaleza… Baladre es una agrupación de gentes que pretenden “estar juntas” para ayudarse mutuamente a hacer mejor lo que todas ellas quieren hacer, pero no son una alianza, mucho menos una institución o un partido, ni siquiera una asociación, ¿Qué diablos es Baladre? No sé, quizá sea una comunión peculiar de personas y grupos que quieren estar con las gentes que buscan otra manera de pensar, de compartir, de vivir pero sin sujetarse a disciplinas de grupo que limitan la capacidad y la independencia de cada persona o grupo para interpretar la vida a su manera. Compartir, Sí, buscar juntas, también, debatir, no se diga, pero disciplina de grupo e imposiciones, NO. Un programa bastante difícil de llevar a cabo. Pero como son cuarenta años, quiere decir que les va bien este juntos y juntas pero independientes. Aguantan y lo que es más sorprendente, a menudo crecen.
Baladre quiere construir otra sociedad, justa, armónica, solidaria, alegre. Pero como se desenvuelve en una sociedad que es profundamente injusta, con mucha gente y estructuras que llevan a la angustia, el egoísmo, la insolidaridad, triste y cruel, tiene que dedicar una gran parte de sus esfuerzos en darle la vuelta a la sociedad actual y eliminar los problemas que el capitalismo y sus valores causan, e introducir en ella, en tanto en cuanto posible, los valores de la sociedad con que sueña. Laboriosa tarea, pero al mismo tiempo, un objetivo capaz de estimular e ilusionar los esfuerzos y el trabajo en esa dirección. El objetivo transformador de Baladre merece la pena.
Y sus formas. Baladre está cerca de la gente que sufre por mil razones. Sin controles externos, autoridades y burocracias. Sus “baladrinas” se acercan preferentemente a quienes tienen dificultades para vivir, a los pobres, desde luego, pero no sólo a estos, sino que pretende que las personas mantengan su dignidad y la desarrollen permanentemente, que sean capaces de enfrentar su vida y su entorno, que crezcan siempre. No les gusta el enfoque asistencial, sino el trabajo colectivo entre todas para crecer todas juntas, para convertir nuestro entorno en sociedades dignas y alegres y las “baladrinas” en personas responsables, inteligentes, dignas, completas. Y gozosas. No se trata de convertirse en personas abrumadas por los desastres de esta sociedad, sino de luchar contra ella, y en el proceso, vivir vidas plenas. Vivir plenamente en la lucha, podría ser un slogan de Baladre.
Baladre no esta limitada por su peso institucional. Que yo sepa no tiene un marco institucional con peso burocrático.
Funciona sobre la voluntad de sus integrantes y así parece que se entienden bien. ¿Como resuelven sus problemas?, que seguro que los hay. Supongo —yo no soy miembro de Baladre, lo conozco por personas interpuestas—, que es a base de hablar mucho entre ellos y ellas, de negociar los puntos conflictivos y de tener unos objetivos comunes claros de una sociedad más justa y armónica, y por una forma de actuar donde son muy importantes los sentimientos de independencia, de hermandad y de amistad. Y de libertad, pero al mismo tiempo, de mucho, mucho afecto.
¡Larga vida a Baladre y que su lucha, y su participación en una sociedad alternativa continúe por lo menos por otros cuarenta años!