Baladre: ¡Cuarenta años no es nada!

José Iglesias Fernández, Baladrino Pata negra

Eso dicen, pero depende cómo, cuándo y desde dónde se contemple este espacio de coordinación y vivencia social…

Para mí, que estoy rondando los noventa y dos años, que veo cómo se acerca el final de la vida tan silenciosamente callado, Baladre supone la comunidad donde me pasé la mitad de mi vida envuelto en proyectos y rodeado de afectos, actividades y cariños, vivencias que, cuando era niño, jamás me hubiera imaginado llegar a tener un final tan acompañado y realizado. Para mí, Baladre sí es eso, es algo más que nada, es una plenitud de vida, siempre soñada y realizada porque tiene estos valores de espíritu comunitario: amistad y ayuda mutua, especialmente con todos los más maltratados por la sociedad capitalista…

Y esto será Baladre dentro de otros cuarenta años. Un espacio de coordinación tan enorme y dilatado horizontalmente, donde cabemos todos los que amamos y soñamos sin ser constreñidos. Caben todas las experiencias y las almas errantes que buscamos sentirnos propios y queridos, acompañantes de ideas y proyectos, para que no padezcan de soledad, de desarraigo, de desamparo, desaliento, orfandad…

Es decir, una comunidad viva con la que todas y cada una de nosotras soñamos y luchamos diariamente por realizar…

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