Carlos Cuervo Múgica y Gloria Sosa Sánchez-Cortés, Alburquerque
Existen momentos, en los que te sientes con fuerzas, compromiso y en el camino de la transformación y gracias a la existencia de Baladre, te das cuenta que tu mirada se enriquece, y empiezas a ver más allá: tomas conciencia de tus privilegios, de cómo muchas veces no vemos ni incluimos el lado de las precarias en nuestros análisis, en nuestras propuestas, en nuestra vida. Y todo eso, sin que nadie te eche nada en cara, sin culpabilidad, con acompañamiento y ternura.
Baladre nos hace sentir que acompañadas se lucha con más fuerza y disfrute, que la dignidad es un pilar que nos lleva a relacionarnos desde otro lugar. Saber que todas las vidas son dignas y merecen ser defendidas comunitariamente.
Baladre nos hace pensar en lo incorporado que tenemos el militarismo y las jerarquías en nuestras vidas, cómo naturalizamos la violencia. Nos muestra que el pensamiento y el conocimiento es producto de lo colectivo, el poder que tiene el empleo y el salario, y la gran diferencia entre empleo y trabajo. Nos hace retorcernos todavía más con las diferentes vallas y fronteras, entre territorios y dentro de los mismos. Nos hace indignarnos con esa violencia o condescendencia tan falta de justicia que atraviesan las migraciones.
También nos muestra ejemplos de que es posible, complicado pero posible, desarrollar proyectos que salgan de un enfoque caritativo e incorporen a las personas excluidas como protagonistas de su propio desarrollo. Que es posible plantear otros modos de hacer economía, otras maneras de alimentarnos, de relacionarnos, de hacer comunidad, para satisfacer nuestras necesidades y las de otras personas de nuestro entorno.
A través de sus publicaciones nos comparten su visión del mundo y nos cuentan sus luchas, con sus aciertos y desaciertos, pero desde la honestidad y con un intento de aportar otros relatos diferentes a los mayoritarios. Tras leer una publicación suya algo se transforma dentro de ti. Lo mismo pasa disfrutando sus podcast, y mucho mejor, con una buena conversación en directo con quienes forman parte de esta coordinación, de este viaje y esta lucha. En cierta manera, todas estas formas de oler a Baladre, te hacen feliz y sientes que también eres parte del movimiento.
Ojalá vengan muchos aniversarios más y muchos momentos para compartir.